Una de las recomendaciones para mejorar los síntomas de los problemas circulatorios como el dolor de piernas, varices o hinchazón es realizar ejercicio físico, ya que estimula la función de la bomba muscular y el retorno venoso.

El yoga es ideal para estos casos porque es una práctica que conecta el cuerpo, la respiración y la mente utilizando posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general.

 

¿Sabías que existen más de 100 posturas distintas de yoga?

Si buscas en internet, encontrarás muchos resultados con respuestas diferentes.

Según la tradición, Shiva creó 8.400.000 posturas. En el Gheranda Samhita (texto clásico del Hatha Yoga del siglo XVII), hay 32 asanas o posturas de yoga que otorgan la perfección “en este mundo de los mortales”.

Años más tarde, en 1975, Sri Dharma Mittra, creador del Dharma Yoga, publicó el “Master Yoga Chart”, una tabla con 908 posturas. Y, aunque no hay una autoridad mundial de yoga, se habla de que el número oficial de posturas es 900 asanas (contando variantes).

Lo que sí es cierto es que todas ellas benefician a la circulación venosa de tus piernas gracias a la contracción de los músculos.

 

4 posturas recomendadas para mejorar la circulación en las piernas

Ya hemos visto que existen cientos de posturas. Sin embargo, las posturas de yoga que elevan las piernas y facilitan el flujo de la sangre hacia arriba contra la fuerza de la gravedad ofrecen los mayores beneficios.

Aquí te recomendamos estas cuatro posturas para mejorar la circulación en tus piernas:

 

1. Postura “perro boca abajo” / Adho mukha svanasana

Esta postura aumenta el aporte de sangre al cerebro, ayuda a estabilizar la presión arterial y combate el estrés y la ansiedad.

  1. Puedes empezar en posición de cuadrupedia: rodillas y manos apoyadas sobre el suelo
  2. Levanta las caderas como si alguien intentara tirar del pantalón
  3. Inspira y afianza las manos sobre el suelo
  4. Exhala y procura que los talones toquen el suelo
  5. Permanece en la postura unos 30 segundos, respirando profundamente. Deja que tu cabeza descanse y suelta la base del cuello
  6. Para ‘desmontar’ esta asana, puedes doblar las rodillas, apoyarte sobre los talones y, despacio, colocarte en la postura del niño o levantar suavemente la cabeza

 

2. Postura de la montaña / Tadasana

Esta postura fortalece las piernas y alinea el cuerpo en la postura adecuada.

  1. Ponte de pie con los pies separados al ancho de tus caderas y los brazos relajados a ambos lados de tu cuerpo
  2. Comienza a elevar los brazos por delante del cuerpo con las palmas de las manos vueltas hacia afuera
  3. Continúa hasta que las manos se encuentren por encima de la cabeza y las palmas de las manos apunten hacia el cielo
  4. Eleva ligeramente las puntas de los pies mientras te estiras, como si algo tirara de ti hacia el cielo
  5. Mantén este estiramiento y contén la respiración unos segundos
  6. Exhala despacio, apoya los talones en el suelo, baja los brazos por delante del cuerpo o por los costados y vuelve a la posición de partida

 

3. Postura invertida o postura de las piernas a la pared / Viparita Karani

Es una inversión sencilla que ayuda a aliviar la congestión en las piernas y tiene efecto relajante.

Te recomendamos practicarla cuando sientas las piernas cansadas o hinchadas por estar mucho tiempo de pie o por un entrenamiento muy intenso, y es muy recomendable para hacer en la cama cada noche antes de dormir.

  1. Acuéstate boca arriba
  2. Es recomendable entrar en la postura de lado, pegando las nalgas a la pared con el lado izquierdo del tronco en el suelo
  3. Levanta las piernas desde el suelo a la pared
  4. Las plantas deben estar hacia arriba y los brazos al lado del cuerpo o doblados sobre el pecho
  5. También puedes ir moviendo las piernas por la pared hacia los lados al exhalar y volver a unirlas arriba al inhalar (formando una V)
  6. Repite esta postura unos 5 minutos concentrándote en tu respiración

 

4. Postura de la vela / Sarvangasana

Esta pose invertida te ayudará a evitar las varices porque ayuda a que la sangre circule con mayor facilidad por las venas.

  1. Acuéstate boca arriba con los pies juntos y las manos al lado del torso
  2. Acerca los pies a las caderas
  3. Dobla las piernas contra los muslos mientras exhalas
  4. Utilizando las manos como apoyo, levanta las caderas del suelo y equilibra todo el cuerpo sobre los hombros
  5. Mantén esta postura durante el tiempo que desees (máximo 2 minutos)
  6. Regresa a la posición inicial inhalando y baja suavemente las caderas hacia la esterilla ayudándote de las manos

A pesar de que estas posturas pueden parecer complicadas, te animamos a que intentes hacerlas. Poco a poco, irás notando los cambios en tu cuerpo y mente.

¡Que no te pesen los pasos!